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Hablar de florecer en el desierto parecería algo ilógico. Como se puede florecer en medio de la arena. Es lo mismo que decir que se vive en tribulación en medio de la bendición, como se puede ser bendecido y a la vez estar pasando por dificultades, más cuando los cristianos decidimos recibir a Cristo porque estábamos cansados de la forma de vivir que llevábamos y ahora queremos vivir en bendición.
Cuál es la reacción de muchos
cristianos cuando las cosas no le salen como esperaba, cuando en lugar de
encontrar agua encuentra sequedad. Algunos lo primero que dicen es: desde que
me hice cristiano todo me sale mal.
La crítica de los inconversos no se
deja esperar, y a toda costa buscan desanimar al nuevo creyente y aun al que ya
lleva muchos años de ser cristiano. Y la reacción del cristiano es salir
corriendo otra vez al mundo para encontrar un mejor lugar. Este era el caso de
Isaac le llego escases a la tierra prometida y lo primero que pensó fue en
salir corriendo a Egipto la tierra que prometía prosperidad. V 1 “Después hubo hambre en la tierra,
además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a
Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.”
En nuestro afán por escapar de la escases muchas veces tomamos la decisión y el
camino equivocado. Pero Jehová siempre está listo a decirnos que hacer. V 2 “Y se le apareció Jehová, y le dijo: No
desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.”
La respuesta de Dios no siempre es
la que nosotros esperamos. V 3 a “Habita como forastero en esta tierra,”
La obediencia trae recompensa. No
importa si no logramos comprender lo que Dios nos demanda es necesario hacerlo
sin vacilar, lo que viene es maravilloso. V 3 b-4 “y estaré contigo, y te bendeciré;
porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el
juramento que hice a Abraham tu padre. 26:4 Multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y
todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,”
Las promesas de Dios siempre se
cumplen así las circunstancias parezcan lo contrario. V 12 “Y sembró Isaac en aquella tierra, y
cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.”
No importa si nuestra vida parece
un desierto, Jehová se manifiesta en lo que parece imposible. V 13 “El varón se enriqueció, y fue
prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.” siempre
que avanzamos encontramos nuevas cosas, nuevos retos que afrontar y por esto es
que parece que las cosas nos salen mal. V 15 “Y todos los pozos que habían abierto los criados de
Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de
tierra.” Isaac tenía
ganado, tierras y todo lo que quería pero le faltaba lo mas importante en el
desierto…no tenia agua.
Dios hace florecer el desierto pero
nosotros debemos insistir. V 18- 20 “Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto
en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de
la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había
llamado.
26:19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas,
26:20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.”
26:19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas,
26:20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.”
No importa cuántas veces lo
tengamos que hacer siempre debemos perseverar creyendo y confiando que con
Jesucristo siempre seremos victoriosos. V 21 “Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y
llamó su nombre Sitna.”
No retroceder, nunca rendirse jamás
parece que el primero en protagonizarla fue Isaac, nunca se rendía siempre lo
intentaba una y otra vez, esta es la única forma de hacer que el desierto
florezca. V 22 “Y se
apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre
Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la
tierra.”
Solo si somos libres de temor y
confiamos en Jesucristo podemos salir victoriosos en cualquier batalla que
tengamos que enfrentar. V 24 “Y
se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu
padre; no temas, porque yo estoy contigo, y yo bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia por amor de Abraham mi siervo.”
La clave para ver buenos
resultados, Isaac estaba luchando fuertemente, pero ahora decide algo
interesante. Hacerlo en el nombre de Jehová y darle a él más ofrecerle algo y
no solo pedirle. V 25 “Y edificó allí un altar, e invocó el
nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac
un pozo.”
La respuesta no se deja esperar. V
32 “En aquel día sucedió
que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que
habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua.” Dios siempre está
dispuesto a respondernos en su tiempo.
Solo en los momentos de dificultad,
cuando no tenemos los recursos necesarios pero las cosas funcionan como si lo
tuviéramos se manifiesta el poder de Dios y los demás se van a dar cuenta de a
quien es que servimos. V 26-28 “Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y
Ficol, capitán de su ejército. 26:27 Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a
mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros? 26:28
Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya
ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo,”
Si estas pasando por un desierto no
te preocupes, Dios siempre estará contigo. Tal vez Jesucristo no te va a sacar
de ese desierto pero si va hacer que ese desierto florezca. El es experto en
convertir la aflicción en gozo.
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